Nuestras mejores recomendaciones para preparar y cocinar salsifíes

Bienvenidos a todos los amantes de la cocina y del descubrimiento culinario, hoy vamos a hablar de un vegetal que quizás no sea tan común en nuestras mesas pero que merece ser redescubierto: el salsifí. Este tubérculo, similar al nabo o alcachofa de Jerusalén, se consume principalmente en otoño e invierno y puede encontrarse en una gran variedad de recetas. Pero antes de sumergirnos en estas recetas sabrosas, aprendamos cómo reconocer y preparar correctamente este vegetal.

Las claves para reconocer y elegir los salsifís

Identificar el salsifí

El salsifí es una raíz parecida a la zanahoria o al perejil. Su color es generalmente blanco o amarillo claro. A menudo se confunde con el escorzonera, también conocido como salsifí negro porque tiene una piel más oscura y su textura es menos fibrosa.

Elegir el salsifí adecuado

A la hora de seleccionar tus salsifís, busca aquellos que estén firmes al tacto y cuyo exterior sea liso y sin manchas oscuras. Es importante recordar que un buen salsifí debería tener un tamaño medio. Los especímenes demasiado grandes pueden ser demasiado leñosos.

Antes de pasar a las técnicas de limpieza y preparación, vale la pena mencionar que para conservar tus salsifís frescos durante más tiempo, guárdalos en el refrigerador durante 2 a 3 días envueltos en un paño o bolsa de papel.

Técnicas de limpieza y preparación de los salsifís

Pelar y lavar los salsifís

Los salsifís deben ser pelados antes de cocinarlos. Este proceso puede realizarse bajo agua corriente para evitar que las manos se pongan negras por el jugo del vegetal. Después de pelar, es importante lavar bien los salsifís para eliminar cualquier residuo terroso.

Corte y conservación

Una vez limpios, los salsifis pueden cortarse en rodajas o dejarse enteros, dependiendo de la receta que vayamos a seguir. Sin embargo, si no vas a cocinarlos inmediatamente después de limpiarlos, es mejor sumergirlos en agua con un poco de vinagre para evitar que se oscurezcan.

Conociendo ahora cómo preparar nuestros salsifís, podemos comenzar a hablar sobre la cocción preliminar.

Iniciación a la pre-cocción de los salsifís: una etapa crucial

Blanquear los salsifís

Blanquear los salsifís puede ser una buena idea si planeas congelarlos o simplemente quieres hacerlos más digestibles. Para hacer esto, simplemente sumerge los salsifís en agua hirviendo durante unos minutos antes de pasarlos por agua fría.

Cocción al vapor

El salsifí también se puede cocinar al vapor para conservar todos sus nutrientes y sabor. Este método de cocción es especialmente recomendable si se van a utilizar los salsifís en recetas frías como ensaladas.

Ahora que nuestros salsifís están listos para ser cocinados, exploremos algunas recetas interesantes y variadas.

Diversificar los placeres: recetas variadas con el salsifí

Salsifís en ensalada

Los salsifís pueden disfrutarse tanto calientes como fríos. En una ensalada, por ejemplo, puedes combinarlos con otros vegetales de temporada, nueces y un aderezo aromático.

Puré de salsifís

Otra opción sería preparar un puré de salsifís. Esta preparación sin duda resultará deliciosa acompañada de una pieza de carne o pescado.

Después de estas sugerencias iniciales, vamos a detallar algunas recetas específicas que seguramente te encantarán.

El salsifí en gratén, una receta crujiente y reconfortante

Ingredientes necesarios

• Salsifís frescos
• Mantequilla
• Harina
• Nuez moscada
• Queso rallado para gratinar
• Sal y pimienta al gusto

Preparación del gratén de salsifís

Primero, prepara y pre-cocina los salsifís como se describió anteriormente. Luego, en una cacerola, derrite la mantequilla, añade la harina para hacer una roux. Añade gradualmente leche hasta obtener una bechamel espesa. Sazona con sal, pimienta y nuez moscada. Coloca los salsifís en un plato para hornear, vierte la salsa bechamel encima y espolvorea con queso rallado. Hornea hasta que esté dorado y burbujeante.

Sigamos ahora con otra receta cremosa, el velouté de salsifí.

Velouté de salsifís: suavidad y untuosidad en el menú

Ingredientes necesarios para el velouté de salsifís

• Salsifís frescos
• Cebolla
• Mantequilla
• Caldo de verduras o pollo
• Nata líquida
• Sal y pimienta al gusto

Preparación del velouté de salsifís

Pica la cebolla y sofríela en mantequilla hasta que esté translúcida. Añade los salsifís cortados en rodajas y sofríe durante unos minutos antes de agregar el caldo. Deja que la sopa hierva a fuego lento hasta que los salsifís estén tiernos. Luego, utiliza una batidora de inmersión para mezclar la sopa hasta obtener una consistencia suave. Finalmente, añade la nata líquida y ajusta el sazón con sal y pimienta al gusto.

Más allá de las sopas y gratinados, ¿has pensado en combinar salsifís con pasta ?

Asociar los salsifís a las pastas para un matrimonio sorprendente

Preparación de pasta con salsifís

Puedes preparar tu pasta favorita y añadirle salsifís cocidos en rodajas. Para realzar aún más el plato, puedes añadir ajo y perejil picados y terminarlo todo con un poco de ralladura de limón.

Por último pero no menos importante, presentamos una receta clásica reinventada: salsifís salteados con ajo y salvia.

Salsifís salteados con ajo y salvia: un clásico revisado

Ingredientes necesarios

• Salsifís frescos
• Salvia fresca
• Mantequilla o aceite de oliva
• Sal y pimienta al gusto

Paso a paso para los salsifís salteados con ajo y salvia

Primero, prepara los salsifís como se describió anteriormente. Luego, en una sartén grande, calienta la mantequilla o el aceite de oliva. Añade los salsifís y saltea hasta que estén dorados por todos lados. Mientras tanto, pica el ajo y la salvia y añádelos a la sartén cuando los salsifís estén casi listos. Sigue cocinando durante unos minutos más para permitir que los sabores se mezclen antes de servir.

Esperamos que estas propuestas te animen a descubrir o redescubrir este vegetal tan versátil que es el salsifí. Recordemos su apariencia similar a la zanahoria, su textura tierna cuando está bien cocida y su sabor dulce y delicado que recuerda al de las alcachofas o las aspáragos. Como hemos visto, puede ser consumido en ensaladas, sopas, gratinados o incluso combinado con pasta. Así que no dudes en experimentar y disfrutar de todas las posibilidades culinarias que ofrece este ingrediente subestimado.